Por: Diego Rodríguez Saza
La semana pasada rondaba en todos los medios nacionales la gran noticia de que Roger Waters, quien fuera líder, compositor y cantante de Pink Floyd, llegaría a tierras tropicales, más exactamente, a la fría capital en donde los políticos de turno aún debaten entre metro subterráneo o metro elevado.
Llevo coleccionando la música y elementos de Pink Floyd durante 24 años y, aún en mis tiempos más radicales, la agrupación de Cambridge llegó a influenciarme hasta convertirse en la banda sonora de mis días.
Cada vez que me hacen la pregunta sobre cuál de las épocas de Pink Floyd me gusta más, respondo tajantemente: ¡Todas, ninguna más que la otra! Desde la creación conceptual y liderazgo de Syd Barret y la psicodelia, pasando por los toques operísticos y sociopolíticos de Roger Waters, hasta la estructura sinfónica y los mejores solos de guitarra de David Gilmour, sin desconocer las manos prodigiosas en los teclados de Richard Write y la experimentación en la percusión de Nick Mason.
Desde una mirada crítica se debe reconocer que las divisiones dentro de la banda se dieron en gran parte por el alto ego artístico de Roger Waters, también se debe aceptar que, sin ese culto hacia sí mismo y su postura sociopolítica, álbumes como “The Wall” y “Animals” no hubiesen tenido el impacto social que lograron.
La última visita de Waters a Colombia en el 2018, dejó una anécdota para la historia: después de la presentación del creador de “The Wall” y, al solicitar explícitamente educación gratuita para Colombia y con el lema de WE DO NEED MORE EDUCATION, apoyar a los estudiantes que se encontraban en protestas en ese tiempo; una de las senadoras más preparadas y reconocidas en la escena política nacional, por su alto nivel intelectual y por su amplio conocimiento en historia universal y nacional, María Fernanda Cabal, daba sus declaraciones en contra de la educación pública. Sus expresiones parecían un meme, pero no, eran completamente reales y tuiteadas desde su perfil.
Roger Waters que, por medio de la teatralidad y de una obra musical compacta, levanta un grito libertario y contestatario, defiende sin temores sus convicciones, entrando incluso en los territorios del activismo político, recordándonos que el rock es contracultura, es revolución, va en contravía del establecimiento, proponiendo alternativas de existencia, o sugiriendo la construcción de nuevas identidades como forma de escape a la globalización, mientras se mantiene alejado de esa tendencia en la música, en la que no se insinúan cambios, que no invita a la rebeldía, incluso ese rock pasivo que tan solo se adapta a las tendencias mercantilistas, haciéndonos revaluar el concepto del Rock.
El 5 de diciembre de este 2023 arribará nuevamente el bajista y compositor de Pink Floyd. Al abrirse el telón, se escucharán temas emblemáticos de los albumes “The Dark Side of the Moon”, “The Wall” “Wish You Were Here” o “Animals”. Posiblemente, Waters presentará en vivo su nueva canción “The Bar”.
Los amantes del rock se deben enlistar para esta gran faena teatral, aunque no se toquen canciones del «Atom Heart Mother», en especial el tema que bautiza ese álbum, que es una pieza maestra de la música progresiva, sinfónica y experimental y, a pesar de que no sea incluido el último álbum en que Roger Waters hizo parte de Pink Floyd, «The Final Cut», publicado en 1983, cuya obra es una continuación de la ópera rock «The Wall».
«This Is Not A Drill» será la gira de despedida de Waters, quien estará a cargo de las voces principales, guitarras, bajo y piano, y será acompañado en el escenario por Jonathan Wilson en guitarras y voces; Dave Kilminster en guitarras y voces; Jon Carin en teclados, guitarra y voces; Gus Seyffert en bajo y voces; Robert Walter en teclados; Joey Waronker en batería; Shanay Johnson y Amanda Belair en voces, y Seamus Blake en saxofón.
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Es la oportunidad de despedir a uno de los grandes músicos en la historia del Rock, en el Coliseo Live en Bogotá se dará «El corte final», caerán los ladrillos, el gran prisma le dará vitalidad a la teoría del color, la granja de Orwell albergará a cerdos, ovejas y perros; y en el trasegar de la noche un loco diamante seguirá brillando bajo el Fluido Rosa.
Y si yo te muestro mi lado oscuro
¿Me abrazarás esta noche todavía?
Y si te abro mi corazón
Y te enseño mi lado débil
¿Qué harías tú?
